Lugar de ensueño, de mitos y leyendas que parecen convocar la presencia de xanas o duendes, que invita a relajarse y a disfrutar del rumor del río y de la sombra de una exuberante vegetación autóctona (nogales y castaños centenarios, alisos, fresnos...) y que decora las vistas en todo el horizonte, en el que se encuentran los mejores paisajes.
Es en sí, un conjunto etnográfico singular del siglo XVIII. Podemos ver las "Casonas", horno, palomar, molino-herrería, huertos cercados de piedra y capilla. La herrería era accionada por el agua del río Mazo, que bordea todo el paraje y que también hizo funcionar una sierra en este mismo lugar.